En el extremo contrario está la ideología del rendimiento. Esta ideología se basa en creer que los alumnos van a llegar a ser atletas, gimnastas... increíbles, que van a ganar 30 medallas, y entrenarlos para ello. Lo bueno es que de esta manera los alumnos aprenderán más en general, pero el principal problema es que en una clase hay gente más y menos capacitada para las prácticas físicas. Esto supondrá que la clase la puedan seguir 2 o 3 alumnos, el resto irá perdido, al principio lo intentaran pero pronto desistirán y dejarán de mostrar interés. En resumen, 3 aprenderán y el resto perderán una hora de su vida.
¿Cuál es la mejor de las dos? Pues mi opinión es que ninguna, son dos extremos a los que jamás deberemos llegar si queremos ser buenos profesores de Educación Física, los niños deben desarrollarse físicamente, pero son niños y necesitan divertirse.
¿Cómo debemos dar las clases? Mi opinión es que mediante juegos aplicados al temario. Juegos que sean divertidos y que a su vez desarrollen las capacidades que se están trabajando, Y juegos que puedan realizar todos los alumnos de la clase para que no se sientan apartados y sigan teniendo interés.
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